En diálogo con Fénix, el ex senador nacional y ex subsecretario del Ministerio del Interior durante el gobierno de Raúl Alfonsín repasó el significado histórico del regreso de la democracia y la figura del expresidente a 42 años de su asunción.
19:01 | Miércoles 10 de Diciembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Galván destacó que el 10 de diciembre de 1983 no solo marcó el fin de la dictadura militar, sino que también representó “la recuperación del Estado de Derecho, de las libertades y de la Constitución Nacional”, luego de años de violaciones a los derechos humanos, exilios, desapariciones y censura.
El dirigente radical recordó que esa jornada histórica fue posible “por el enorme esfuerzo del pueblo argentino”, pero que tuvo en Alfonsín a “su principal abanderado y conductor”. Subrayó que la fecha coincide con el Día Internacional de los Derechos Humanos, lo que refuerza su significado simbólico.
Galván repasó además su propia vivencia como votante por primera vez en democracia y la emoción colectiva de aquella elección que marcó un antes y un después en la vida institucional del país. “Difícilmente puedo olvidar ese día. Fue el inicio de la democracia que hoy todavía sostenemos”, afirmó.
El ex funcionario también destacó el rol central que tuvo Alfonsín en la condena a las juntas militares, remarcando que fue el primer presidente en someter a los responsables de la dictadura a la justicia ordinaria. “Ese es uno de sus mayores méritos: nunca dudó en hacerlos rendir cuentas ante la justicia común”, aseguró.
Consultado sobre su vínculo con el exmandatario, Galván recordó que, aunque inicialmente perteneció al sector que respondía al doctor Ricardo Balbín, más tarde tuvo un acercamiento más directo con Alfonsín, a quien calificó como un hombre austero, comprometido y profundamente convencido de la defensa de los derechos humanos.
Asimismo, reveló que Alfonsín no tenía como objetivo personal llegar a la presidencia, sino que las circunstancias y el liderazgo natural dentro del radicalismo terminaron ubicándolo en ese lugar.
Por último, Galván reflexionó sobre las enormes dificultades del gobierno radical, al que definió como una etapa “compleja y de enorme presión”, con cuatro levantamientos militares, 13 paros generales de la CGT, miles de paralizaciones fabriles y una situación económica crítica.
A pesar de eso, sostuvo que la democracia se mantuvo firme y destacó como un hecho histórico el traspaso del mando a Carlos Menem en 1989, un hito que consolidó la continuidad institucional.