El nuevo Papa mantiene un vínculo especial con la ciudad del norte de Perú, que a su vez guarda una conexión histórica con la Argentina y su participación en el conflicto bélico.
17:48 | Jueves 08 de Mayo de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
En el marco de la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como nuevo Papa, hay un vínculo especial entre Chiclayo, en Perú, y la Argentina, especialmente durante la Guerra de Malvinas.
“Y si me permiten, también un saludo a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo", exclamó Prevost.
Lo que ocurre es que en esta ciudad, donde Prevost fue ordenado administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo en 2014 por el Papa Francisco y luego nombrado obispo de la ciudad en 2015, tras obtener su DNI, precisamente en esta ciudad y en su diócesis, se bendijeron los 10 Mirage que la Fuerza Aérea del Perú envió a Argentina y que, posteriormente, participaron en la Guerra de Malvinas.
Los aviones enviados por la FAP fueron clave durante la Guerra de Malvinas
Además de enviar municiones y distintos materiales de guerra, Perú también proporcionó estos aviones, que fueron claves para la Fuerza Aérea Argentina, junto con la asesoría técnica necesaria para operarlos.
Estos diez aviones, que formaban parte de una flota de 32 y pertenecían al Grupo 6 de Chiclayo, llegaron al aeropuerto de Salta desde el Grupo 4 de La Joya, en Arequipa, piloteados por personal de la Fuerza Aérea peruana. Posteriormente, fueron trasladados hasta Tandil y, desde allí, enviados a las Malvinas. Incluso, algunos de estos pilotos se ofrecieron a llevarlos directamente hasta las islas y combatir en la guerra.
A uno de estos pilotos, la Fuerza Aérea Argentina le otorgó la condecoración de la Orden Héroes de Malvinas, en el grado de Medalla Malvinas a la Contribución con el Esfuerzo Bélico.
Los aviones llegaron pintados con las correspondientes insignias argentinas, luego de un vuelo de tres horas desde La Joya. Una vez en el aeropuerto de Salta, se realizó la transferencia formal y la capacitación a los pilotos argentinos para luego enviarlos a las islas.