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A la espera de anuncios comerciales, la histórica metalúrgica privatizada este año posicionarse como proveedor reactores modulares. Tres provincias anticipan mayor exploración minera y se suman inversiones para la instalación de un centro de datos
Miércoles 15 de Octubre de 2025
08:36 | Miércoles 15 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Uno de los sectores a seguir de cerca en el marco de la nueva alianza geopolítica con Estados Unidos es el nuclear. La Argentina buscará exportar esa tecnología a través de la primera empresa privatizada durante la gestión de Javier Milei. La metalúrgica IMPSA quedó en manos del grupo estadounidense ARC Energy.
El Gobierno impulsa un nuevo plan nuclear que se apoya en tres ejes: el desarrollo de tecnología propia, la explotación de uranio y la integración al mercado internacional.
A diferencia del modelo tradicional de grandes centrales, el esquema actual plantea la construcción de reactores modulares. Esta tecnología permite escalar la capacidad instalada y adaptarse a nuevas demandas, como la de grandes centros de datos o industrias de alto consumo energético.
La metalúrgica IMPSA, con una historia de más de 100 años, se prepara para incorporarse a este nuevo esquema. Se trata de la única compañía privatizada en lo que va de la presidencia de Milei. Su experiencia en el diseño de equipamiento y su reciente reconversión bajo capital estadounidense la posicionan como un actor central en la etapa de industrialización de los módulos. Con base en Mendoza, la empresa busca transformarse en una plataforma exportadora de equipamiento para energía, con foco en lo nuclear.
IMPSA es una empresa especializada en el diseño y fabricación de equipamiento para la generación de energía —hidráulica, eólica, nuclear y solar—, equipos portuarios y maquinaria para las industrias de gas, química y petroquímica. Cuenta con más de 40 años de experiencia proveyendo componentes nucleares, un conocimiento que ahora busca redireccionar hacia la fabricación de los nuevos reactores.
Además, planea retomar el desarrollo del negocio de grúas portuarias, uno de los sectores donde históricamente concentró mayor volumen de exportación. En ese contexto, lobbystas industriales en Estados Unidos buscan que el Congreso norteamericano bloquee el ingreso de este equipamiento desde China, para favorecer cadenas de valor occidentales. De avanzar, esto favorecería a IMPSA.
Según fuentes de la compañía, tras la adquisición comenzaron a estudiar con más profundidad las capacidades tecnológicas internas. La empresa realiza ensayos sobre el comportamiento de materiales en el tiempo y en distintas condiciones extremas, una capacidad crítica para contener reacciones nucleares.
Esa base técnica, sumada al control de calidad y la escala productiva, podría posicionarla como proveedor internacional en un sector estratégico. El plan de integración al esquema nuclear será también un elemento clave en el vínculo bilateral entre la Argentina y Estados Unidos.
Por otro lado, el Gobierno confirmó que no avanzará con la cuarta central nuclear, Atucha III, que iba a ser financiada por China, por más de US$ 10.000 millones.
Este miércoles, IMPSA se prepara para realizar un anuncio de la reestructuración de su millonaria deuda. Se trata de un pasivo de más de US$ 500 millones, concentrado en bancos nacionales y con proveedores. Fue una de las trabas a la hora de avanzar en su privatización, que terminó de concretarse en enero.
La disponibilidad de uranio también es una pieza clave del plan nuclear. Las provincias productoras avanzan en la reapertura de yacimientos, en particular uno bajo la órbita de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA).
Se espera que el mineral abastezca tanto al mercado interno como a eventuales desarrollos en el exterior, dentro de un esquema donde el Estado nacional conservará la propiedad mayoritaria del recurso estratégico.
Hay al menos tres provincias que avanzan en la exploración de uranio: Mendoza, Chubut y Río Negro. Además, el empresario Eduardo Eurnekian, de Corporación América, se sumó el año pasado a un proyecto en Río Negro para avanzar en los estudios de factibilidad.
La inversión inicial se canalizó a través de un acuerdo con la canadiense Blue Sky Uranium, y el objetivo es desarrollar el yacimiento Ivana, uno de los más avanzados del país.
En ese contexto, OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, anunció la colaboración en el proyecto Stargate liderado por Sur Energy con una inversión por hasta US$25.000 millones. El proyecto contempla la instalación de un centro de datos en la Patagonia, lo que marca el primer desembarco de una de las principales compañías de IA en el país.
La inteligencia artificial es uno de los factores globales que está empujando el resurgimiento de la energía nuclear. La instalación de centros de datos requiere una fuente de energía continua, limpia y escalable, condiciones que encajan con el desarrollo de pequeños reactores modulares (SMRs).
La “ultrademanda” eléctrica que implica el procesamiento masivo de datos, sumada a las metas de descarbonización, vuelve a posicionar a la energía nuclear como una opción estratégica a nivel internacional.
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