Tras el regreso de Tan Biónica, la historia de Chano Charpentier expone el rol de las familias especialmente de su madre, Marina Charpentier: amor con límites, codependencia y responsabilidad para sanar.
18:07 | Sábado 08 de Noviembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Un regreso que trasciende la música: El 4 de noviembre marcó el retorno más esperado del pop argentino: Tan Biónica lanzó “El Regreso”, su primer álbum en una década. Pero detrás del acontecimiento artístico hay una historia humana más profunda.
La recuperación de Santiago Chano Charpentier tras años de lucha contra las adicciones pone en primer plano un aspecto invisibilizado del problema: el rol emocional, psicológico y práctico de las familias, sobre todo las madres, en el camino de salida.
Detrás del acontecimiento artístico hay una historia humana más profunda.
Detrás del acontecimiento artístico hay una historia humana más profunda.
Archivo MDZ.
La madre que sostiene… y la delgada línea del amor sin límites
En los momentos más críticos, Marina Charpentier, la madre del artista, estuvo allí. Su presencia constante se volvió símbolo de amor incondicional y esperanza, incluso tras el episodio en el que Chano recibió un disparo durante un brote. Sin embargo, ese acompañamiento abre una conversación necesaria:
¿Cuándo el amor ayuda… y cuándo, sin querer, sostiene la enfermedad?. En muchos casos, la familia, movida por el miedo y el afecto, protege, cubre y resuelve. Pero cuando ese sostén evita que el adicto enfrente las consecuencias de su conducta, aparece un fenómeno clave para entender estos procesos: la codependencia.
Codependencia: el vínculo que puede frenar la recuperación. Marina lo definió sin eufemismos: “La enfermedad que convive con la adicción se llama codependencia”.
La codependencia no es falta de amor: es amor desbordado y sin límites, donde el familiar:
Vive en función del adicto
Resuelve sus crisis económicas, legales y emocionales
Evita internaciones o tratamientos por miedo o culpa
Se anula para sostenerlo
Este patrón, aunque nace del cuidado, impide la toma de conciencia y retrasa la recuperación. En términos clínicos y criminológicos, sin consecuencias, no hay responsabilidad, y sin responsabilidad no hay cambio. Poner límites no es abandono: es cuidado inteligente. Es permitir que el otro vea, sienta y asuma su realidad.
En los momentos más críticos, Marina Charpentier, la madre del artista, estuvo allí.
En los momentos más críticos, Marina Charpentier, la madre del artista, estuvo allí.
Archivo MDZ.
Cuando sanar implica soltar
La experiencia de Marina, hoy activa en grupos de apoyo para familias, enseña una verdad difícil: para que el adicto recupere su vida, la familia también debe recuperar la suya.
Ese proceso incluye tres pasos esenciales:
Aceptar que no se puede curar al otro
Dejar de apagar crisis constantes
Reconstruir la propia identidad y proyecto de vida
Una madre que se anula no salva: se hunde con su hijo.
El verdadero regreso
“El Regreso” no es solo un álbum: es el símbolo de una batalla que muchas familias atraviesan frente a la adicción. El renacimiento emocional no ocurre sin límites, acompañamiento consciente y responsabilidad personal.
Aceptar que no se puede curar al otro
Aceptar que no se puede curar al otro
Archivo MDZ.
La experiencia de Chano y su madre lo deja claro: el amor que establece límites y fomenta la autonomía abre la puerta a la verdadera recuperación.