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El presidente xeneize volvió a hablar sobre su vínculo iquebrantable con el club. "Es mi vida, yo no puedo vivir sin Boca”, aseguró.
Lunes 17 de Noviembre de 2025
15:09 | Lunes 17 de Noviembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Máximo ídolo de la institución y hoy nada menos que presidente del club, el vínculo entre Juan Román Riquelme y Boca parece inquebrantable. En una entrevista con el podcast Enfocados, de Jefferson Farfán, él mismo lo reconoció. "Boca es mi vida. Boca puede vivir sin mi, pero yo no puedo vivir sin Boca”, aseguró sin titubeos.
En una charla que rompió un prologando silencio en los medios, Román apareció nuevamente en escena tras varios meses y la postura fue no profundizar en la actualidad deportiva del club que preside. Sus palabras en diálogo con la Foquita, histórico crack de la selección de Perú, se dieron en el vestuario de la Bombonera y giraron en torno a su carrera deportiva y, sobre todo, a su idilio eterno con el Xeneize.
Con cariño hacia una de las personas más especiales en su vida en el fútbol, Riquelme le dedicó solo elogios a Carlos Bianchi. “Carlos es especial para todos los bosteros. Es el técnico más importante. Es algo único, ganó la Libertadores más de una vez, la Copa del Mundo dos veces. Hizo cosas inolvidables. Imagínate lo grande que es para el club que se presentó en 1998 y recién perdió en 1999. Tengo una relación más que especial con él. Me trató de una manera especial y me animaba a decirle otras cosas. Pasaba por mi habitación cuando no entraba nadie”, manifestó.
Fue el DT que lo hizo explotar con la camiseta azul y amarilla y con quien compartió la gloria en aquella década del 2000, que marcó a fuego la historia del club. Y la de Román. Incluso su salida a Barcelona quedó en un segundísimo plano ante lo que significó Boca para él.
"Fue linda y rara (la partida rumbo al Barca). Llegó en junio del 2002. Un año antes, en medio de la Copa, Boca me vendió al Barcelona. Me quede acá, y me voy al año siguiente. Yo quería jugar toda la vida en Boca y mi papá también. Imagínate, me fui cinco años y medio a Europa, y no me vino a ver un partido. Él quería que juegue acá, y yo quería también. Pero me terminé yendo porque en abril, me secuestraron a mi hermano y me empujaron a que me vaya. ´Está vez, te lo devolvemos pero te tenes que ir´. Y me fui, estaba Van Gaal y aprendí un montón pero me dijo ´Yo no te pedí´ y le agradecí por la honestidad”, recordó.
Y para reforzar su identidad bostera, agregó: "Yo decidí ir a Argentinos pese a que me quería retirar en Boca. Elegí ir ahí porque no quería jugar ante Boca y al estar en la B, sabía que no lo enfrentaría. Cuándo ascendimos, me retiré para no venir a la Bombonera con otra camiseta. Boca es mi vida. Boca puede vivir sin mi, pero yo no puedo vivir sin Boca”, remató.
Riquelme y una obsesión de todo Boca: la Copa Libertadores
"La Libertadores del 2007 fue la que más disfruté. Ese equipo jugaba bien. Durante toda la Copa, hicimos muchos goles. Por culpa de esa Copa, la gente me quiere un poco más. Al ser más grande, la disfrute mucho. Yo en la del 2000 y la 2001, no tomaba dimensión. Cuándo le ganamos al Madrid, llamé a mis amigos y les pregunte ´¿Están contestos ahí?. Esa Copa disfrute mucho el día a día", rememoró.
Ahora como presidente, su Boca volverá a jugar el máximo certamen continental luego de dos años sin hacerlo. Sin esquivar el bulto, Román respondió sobre la séptima, la real obsesión de todos: "En un momento parecía que era normal. Jugamos varias finales y no tuvimos la suerte de ganarla. Pero lo que tengo claro es que los jugadores que ganen la próxima Copa, la gente no los va a olvidar".
El Superclásico ante River, su otra marca en Boca
A la hora de elegir el mejor Superclásico que jugó ante River, Román no dudó: “El día del caño con Yepes fue maravilloso. Yo quería que me pegara una patada para hacer tiempo y me siguió hasta allá. Lo felicité porque otro me pegaba. El clásico es algo raro y diferente a todo lo que me pasó. Me tocó el Barcelona-Madrid, pero es algo que no se compara. En las semanas del superclásico, me tiraba toda la semana a la cama imaginando lo que podía hacer. No se podía perder porque no nos pueden cargar”, contó, haciendo referencia al inolvidable 3-0 sobre el Millonario en la revancha de los cuartos de final de la Copa Libertadores 2000.
“Para ellos, el clásico es mejor en su cancha. Para nosotros, no hay nada igual que la Bombonera. Es la única cancha del mundo que se mueve. Vos te quedás quieto y se mueve. Haberlo vivido y tener la suerte de jugar esos partidos fue maravilloso. Vos ganás el superclásico y lo único que tenés que pagar es la nafta. Después te regalan todo. El superclásico va más allá del fútbol, le alegrás la vida a la gente”, cerró Riquelme.
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