En diálogo con Fénix, Ana —una estudiante que alquila un departamento en la Capital— relató el episodio que vivió al descubrir cámaras ocultas instaladas dentro de su dpto, presuntamente por el propietario del inmueble, quien solo alquila a mujeres
17:07 | Lunes 01 de Diciembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Ana una joven estudiante contó que todo comenzó durante una madrugada cuando alumbró con la linterna del celular hacia la ventilación del departamento, donde desde hacía un año había una cinta aislante negra que siempre creyó que estaba colocada para evitar el ingreso de insectos. Al iluminar, advirtió un brillo extraño: era la lente de una cámara oculta.
Ana retiró el dispositivo y extrajo la memoria, donde encontró videos de ella misma mientras dormía, registrados durante noviembre. “Me enfocaba en la cama todo el tiempo”, contó.
Tras el hallazgo, decidió comunicarse con otras inquilinas del edificio, ya que el propietario “casualmente solo le alquilaba a mujeres”. El resultado fue alarmante: hallaron otra cámara idéntica en otro departamento y sospechan que en un tercer caso también habría existido un dispositivo, pero fue retirado.
La situación se volvió aún más grave cuando una de las chicas recordó que, semanas atrás, mientras se bañaba, escuchó ruidos en el pasillo conectado al ventiluz del baño. Al grabar con su teléfono, descubrió al propietario mirándola desde el otro lado. Ella prepara una denuncia individual.
Ana advirtió además que estas cámaras tenían conexión Wi-Fi, lo que implica que el dueño podría haber visto imágenes en tiempo real y borrado registros cada mes. En uno de los dispositivos, incluso, los videos incluían audio.
“Nosotras no sabemos qué hizo él con ese material. Hay imágenes de chicas cambiándose, de amigas, incluso de intimidad”, alertó.
Las jóvenes radicaron la denuncia en Fiscalía, en la Comisaría Séptima y en la unidad de Violencia de Género, pero aseguran que hasta el momento no hubo medidas concretas. Temen por la integridad de las víctimas y por la posibilidad de que los videos hayan sido comercializados.
“Yo pedí la detención inmediata por prevención, porque no sabemos si él vendió esos videos. Lo más probable, según los abogados, es que los comercializara, y en el mejor de los casos era solo para él”, señaló Ana.
A pesar de contar con pruebas —dos cámaras y las memorias con registros— afirman que el acusado aún no fue notificado y que incluso estaría intentando alquilar nuevamente los departamentos a otras chicas.
Ana debió abandonar la vivienda y actualmente está alojada en la casa de una amiga. Solicitó a la fiscalía acompañamiento para retirar sus pertenencias, pero la respuesta fue que no pueden intervenir sin orden judicial.
“Nos dijeron que no pueden hacer allanamientos ni notificarle hasta que la jueza avance”, lamentó.
Mientras tanto, el caso avanza con la preocupación de que podría tratarse no solo de violación a la privacidad y violencia de género, sino también de un posible delito vinculado a trata de personas o explotación de material íntimo.