Andrés Vázquez, nuevo jefe de la DGI, compró tres inmuebles en Miami por US$2 millones que no los declaró
El funcionario, con 35 años de trayectoria en la AFIP, tiene participación en compañías activas que son titulares de bienes inmuebles en EEUU; no lo informó ante la OA como impone la ley de Ética Pública; otros antecedentes de casos similares
Lunes 16 de Diciembre de 2024
07:28 | Lunes 16 de Diciembre de 2024 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
El jefe de la Dirección General Impositiva (DGI), Andrés Edgardo Vázquez, compró a través de sociedades del exterior tres inmuebles en Estados Unidos por más de 2 millones de dólares que nunca consignó –ni las sociedades, ni los inmuebles– en sus declaraciones juradas ante la Oficina Anticorrupción (OA) , según surge de documentos contables, societarios y bancarios que analizaron LA NACION y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), con el apoyo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés).
El funcionario designado en octubre para luchar contra la evasión fiscal y promover la recaudación tributaria administra dos de esas propiedades –la tercera la vendió–, mediante un entramado de empresas en las que tiene participación accionaria desde hace 12 años. Esas compañías, de acuerdo a la documentación disponible, continúan activas. Abarca una sociedad constituida en las Islas Vírgenes Británicas (BVI) que es controlante de otras dos compañías constituidas en Panamá, que a su vez sirvieron de vehículo para adquirir la propiedad de los inmuebles ubicados en Miami. Si se hubiera desprendido de esos activos no está consignado en ninguno de los registros oficiales donde debería figurar.
No es la primera vez que se relaciona a Vázquez con operaciones en paraísos fiscales. En 2011 afrontó una denuncia porque desde noviembre de 2004 habría controlado junto a su hermana Silvia Mónica Vázquez una cuenta bancaria en el ING Bank NV de la isla de Curazao por US$442.113, fondos que habría remitido en julio de 2006 a una cuenta en el BNP Paribas de Luxemburgo. En aquella ocasión, Vázquez no lo informó ante el fisco argentino y debió sobrellevar una investigación penal, en la que logró ser sobreseído en 2022 porque el juez federal Ariel Lijo no obtuvo respuesta de Luxemburgo, Países Bajos o Curazao para verificar la existencia de esas cuentas. Ante esa imposibilidad, Lijo cerró la pesquisa.
Los funcionarios del nivel de Vázquez están obligados por la Ley de Ética Pública, vigente desde 1999, a presentar ante la OA una declaración jurada que detalle todos sus bienes inmuebles y muebles y participaciones accionarias (incluidos los de su cónyuge). Ese reporte hay que actualizarlo cada año y es de acceso público. No informar parte del patrimonio puede configurar el delito de “omisión maliciosa”, establecido en el artículo 268 del Código Penal, con penas que incluyen la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. También puede derivar en una investigación por presunto enriquecimiento ilícito, si el funcionario no logra justificar el origen lícito de sus bienes.
Durante las últimas dos décadas, numerosos funcionarios afrontaron problemas judiciales por la presunta omisión maliciosa de bienes. Desde el expresidente Carlos Menem y el exrector de la UBA, Oscar Shuberoff –ambos fueron procesados, pero con los años terminaron beneficiados por la prescripción de la acción–, a Pablo Alejandro Brula, un exfuncionario de la AFIP acusado de ocultar su participación accionaria en una sociedad offshore detectada en los Pandora Papers. La Corte Suprema rechazó su recurso de queja y dejó firme su procesamiento, en septiembre pasado.
LA NACION procuró contactar a Vázquez desde el miércoles 6 de noviembre, a su correo electrónico personal y a través de un vocero de la AFIP, y se le enviaron preguntas concretas sobre su situación patrimonial, pero hasta el cierre de esta edición optó por no responder.