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Gesto a la Iglesia: Milei y los obispos intercambiaron cartas por la Navidad, con referencias a la paz social y el bien común

El Presidente respondió hoy la misiva que la Conferencia Episcopal había enviado la semana pasada. Mensajes institucionales y referencias a la actualidad social y política

Martes 23 de Diciembre de 2025

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15:18 | Martes 23 de Diciembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

En la antesala de la Navidad, el presidente Javier Milei y los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina sostuvieron un intercambio formal de cartas que, más allá del protocolo habitual, expuso preocupaciones y perspectivas en torno a la situación social y el futuro del país. Como ocurre cada fin de año, la Iglesia envió su tradicional saludo al jefe de Estado y, en esta ocasión, el mandatario respondió con un mensaje que recogió algunos conceptos planteados por los obispos, en un gesto de reciprocidad institucional.

 
El intercambio de buenos deseos y referencias sobre el presente y el futuro de la Argentina despeja las versiones de tensiones entre el Gobierno y la cúpula de la Iglesia, al tiempo que confirma una relación institucional entre ambas partes.

El primer paso lo dio el Episcopado. El 15 de diciembre, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina remitió una carta al Presidente con motivo de la celebración navideña. Desde el inicio, el texto adoptó un tono pastoral y reflexivo, anclado en el sentido religioso de la fecha. “La celebración del nacimiento del Señor nos invita a volver la mirada a ese acontecimiento sencillo y transformador de Belén”, señalaron los obispos, y agregaron: “Su mensaje, siempre actual, nos anima a trabajar por una verdadera cultura del encuentro”.

 
La carta enviada por los
La carta enviada por los obispos al Presidente, fechada el 15 de diciembre

Aquella referencia funcionó como marco conceptual de una carta que, sin aludir a políticas específicas ni decisiones de gobierno, puso el foco en la situación social y la necesidad de preservar la cohesión ante las dificultades económicas. El Episcopado expresó su deseo de “una paz social sólida”, una formulación que se repite en documentos e intervenciones públicas de la Iglesia argentina en los últimos años. En esta oportunidad, la expresión estuvo acompañada por una enumeración precisa de los sectores que concentran la preocupación pastoral de los obispos.

Según el texto, esa paz social debe estar “fundada en el cuidado de cada persona y especialmente de quienes atraviesan mayores fragilidades: los pobres, los trabajadores que sostienen día a día la vida del país y los ancianos cuya sabiduría y experiencia necesitamos valorar y acompañar”. La mención explícita de estos grupos —pobres, trabajadores y adultos mayores— puede interpretarse como una señal clara hacia el poder político en un momento de ajuste y redefinición del rol del Estado.

 

La carta no se limitó a un diagnóstico ni a una exhortación general. En un párrafo central, la Comisión Ejecutiva del Episcopado manifestó su disposición a colaborar institucionalmente: “Expresamos nuestra disposición para contribuir, desde la misión que la Iglesia desarrolla en el ancho territorio de nuestra patria, a toda instancia que favorezca el bienestar integral de nuestro pueblo”, subrayaron los obispos, haciendo énfasis en la presencia territorial de la Iglesia en comunidades urbanas y rurales de todo el país.

El cierre del mensaje recuperó el lenguaje religioso y simbólico propio de la Navidad: “Pedimos a Dios que lo fortalezca con sabiduría en las tareas que le competen”, señalaron, en referencia directa al Presidente, y sumaron una invocación a una de las advocaciones marianas más relevantes del país: “Confiamos en que, bajo la protección de la Virgen de Luján, podamos avanzar hacia una Argentina donde crezcan la esperanza, la justicia y la fraternidad”.

La misiva estuvo firmada por el arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Marcelo Colombo, junto al arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi, como vicepresidente primero; el obispo de Jujuy, César Daniel Fernández, como vicepresidente segundo; y el obispo auxiliar de San Isidro, Raúl Pizarro, en su carácter de secretario general. La firma colectiva reforzó el carácter institucional del mensaje y evitó personalizar el vínculo en una sola figura.

La respuesta del Presidente llegó este martes, en una carta breve y cuidadosamente redactada. Milei acusó recibo del saludo episcopal y agradeció el gesto: “Agradezco sinceramente el saludo y los deseos que la Conferencia Episcopal Argentina ha tenido a bien hacerme llegar con motivo de la próxima celebración de la Navidad”, escribió el mandatario en el primer párrafo de su mensaje.

La carta de respuesta y
La carta de respuesta y agradecimiento de Milei a los obispos difundida hoy

En sintonía, el Presidente destacó algunos de los ejes planteados por los obispos y se detuvo en uno de ellos: “Valoro el llamado a la reflexión, a la paz social y al compromiso con el bien común”, afirmó Milei, retomando conceptos centrales de la carta episcopal. La referencia a la paz social puede leerse como un intento de mostrar sintonía institucional, incluso tras diferencias públicas que Milei ha mantenido con sectores de la Iglesia en otros momentos de su carrera política.

El núcleo del mensaje presidencial estuvo enfocado en reafirmar el rumbo de su gestión. Sin aludir a medidas concretas ni a debates coyunturales, Milei sostuvo que su gobierno continúa trabajando “incansablemente para generar las condiciones que permitan a todos los argentinos desarrollarse en libertad, con dignidad y con oportunidades reales de progreso”.

Esta frase resume buena parte del discurso libertario que el Presidente viene desplegando desde su asunción, con énfasis en la libertad individual y el crecimiento como motores del desarrollo.

El presidente Milei respondió la
El presidente Milei respondió la carta de los obispos catóolicos

El final de la carta mantuvo el tono protocolar y devolvió el saludo recibido. Milei expresó a los miembros del Episcopado “mis mejores deseos de una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo” y concluyó reiterando “las seguridades de mi más alta consideración y estima”. El texto estuvo dirigido formalmente a monseñor Marcelo Colombo, en su carácter de arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

Este intercambio epistolar se inscribe en una tradición institucional que atraviesa diferentes gobiernos y contextos políticos. Cada año, con motivo de la Navidad, la Iglesia suele enviar un mensaje al Presidente de la Nación, y la respuesta —cuando se produce— es observada con atención tanto dentro como fuera del ámbito eclesiástico. En el caso de Milei, el gesto adquiere un valor particular por el vínculo complejo que el mandatario ha mantenido con la Iglesia desde antes de asumir, marcado por críticas cruzadas, diferencias ideológicas y, a la vez, intentos de mantener canales formales de diálogo.

Las cartas intercambiadas en diciembre pueden interpretarse como un ejercicio de equilibrio institucional. Por un lado, el Episcopado reafirmó sus preocupaciones históricas por la situación de los sectores más vulnerables y volvió a colocar en el centro la idea de paz social y cultura del encuentro. Por el otro, el Presidente respondió sin confrontación, retomando esos conceptos y reafirmando, al mismo tiempo, el núcleo de su proyecto político basado en la libertad y el progreso.

El intercambio, sin menciones explícitas a conflictos o debates legislativos, dejó entrever las líneas de tensión y los puntos de contacto entre la Iglesia y el Gobierno. La Navidad funcionó como marco simbólico para un diálogo que, incluso limitado al plano formal, sugiere el posicionamiento de cada actor ante una sociedad marcada por la expectativa de cambios profundos.

La mención explícita a pobres, trabajadores y adultos mayores; la reafirmación presidencial del rumbo hacia la libertad y el progreso; y el énfasis en la paz social constituyeron los ejes del cruce epistolar. Un intercambio breve, pero cargado de mensajes que trascienden la coyuntura y anticipan debates centrales para la Argentina que viene.

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