El defensor inglés, de 18 años, destrabó el partido al convertir el tercer gol en el 5-1 final.
Los del entrenador catalán quedaron a 15 puntos del líder Liverpool, escoltados por los Gunners a seis, con un partido más.
17:31 | Domingo 02 de Febrero de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
En las expectativas ofensivas e igualadas que despierta un partido entre Arsenal y Manchester City, más aún en sus últimos precedentes, el duelo de este domingo en Londres fue una exhibición del equipo 'gunner', que atormentó a los de Pep Guardiola, tremendamente vulnerables, con un 5-1 letal que le permite seguir a la caza del líder Liverpool en la Premier League.
La realidad es muy dura para el vigente campeón. La caída de este domingo es estrepitosa. El conjunto dirigido por Mikel Arteta es la única alternativa a los 'Reds' en la competencia por el título de la liga, subido en una racha de 14 jornadas sin derrotas, de las que ganó nueve. No pierde desde el 2 de noviembre.
Cuando se sentía más cerca de la solución que del conflicto, después de encadenar seis jornadas sin caídas en la Premier League tras venir de una crisis desconocida e impensable, el City entendió que aún no es -ni de lejos-, sobre todo defensivamente, el equipo que de otros años y que debe ser para creer en algo más que una temporada de transición insólita, impropia de su ambición, sus prestaciones y su plantel.
Mientras asoma el Real Madrid en la sonora eliminatoria de la Champions League, el equipo celeste está en proceso de recomposición (o descomposición, visto el 5-1 en contra) sobre el terreno, más allá de su inversión en el mercado de invierno, principalmente con los 75 millones de euros de Omar Marmoush, cuya incorporación es un incentivo para la reacción del City. Aún es intermitente.
Pero las concesiones atrás del City son tan escandalosas como sus inseguridades. Es inconcebible un inicio tan terrorífico en un encuentro de esta dimensión. La visita al Arsenal empezó para los de Pep Guardiola con una pifia en la salida de Manuel Akanji que fue fatal: recuperó Rice, combinó con Havertz y Odegaard marcó el 1-0. Todo muy sencillo.
Todo en apenas 104 segundos. Un regalo. Son tan habituales en esta temporada en el Manchester City que no desprendió ni siquiera extrañeza. Sí frustración. También el lamento del central, que se complicó ante Rice cuando recibió el pase de Stones en el inicio de la construcción de juego, presionado con hasta cinco hombres por parte de los 'Gunners'. Son evidentes sus defectos.
Foto: REUTERS/David Klein
Incluso fue más allá en el minuto cinco y 13 segundos. Sólo la posición de fuera de juego, revisada por el VAR, invalidó el 2-0 de Martinelli. Después, antes de la media hora, el City reincidió de nuevo, con un pase improcedente e imprudente de Stefan Ortega a Kovacic. La pelota le quedó a Kai Havertz, solo con Stones por delante. Gol o gol... pero remató afuera. Increíble. Guardiola se echaba las manos a la cabeza, agachado, alarmado por los errores.
Por lo demás, el Manchester City dominó la posesión, conectó entre líneas y disfrutó con el fútbol de Marmoush y el vértigo de Savinho en el primer tiempo. De hecho, la derrota no habría sido tal al descanso si David Raya no se hubiera inventado una atajada fantástica contra un cabezazo de Gvardiol, que terminó en el travesaño.
Más allá del fallo de Akanji, el arquero español fue la diferencia realmente del primer tiempo para el Arsenal. Porque el City jugó bien, dispuso de ocasiones -más que su oponente, al que limitó en ataque a los propios errores en su defensa-, movió el balón e insistió en el empate, paciente, preciso, pero también falto de verticalidad, sin un solo remate de Erling Haaland, controlado por Saliba y Gabriel, hasta entonces.
El empate fue merecido en el minuto 55. El centro de Savinho, tras una conexión con Foden, activó al goleador más grande de la actualidad. Haaland cabeceó de manera incontestable, fuera del foco de Raya. Su sonrisa delataba una felicidad imperceptible en el resto de su cuerpo. Ni siquiera levantaba los brazos. El problema es que, tan solo un minuto y 45 segundos después, el Arsenal descubrió otra fisura del City: el 2-1 de Thomas (m. 56).
No tiene ni siquiera fortuna el City, porque el derechazo del mediocampista que jugó en el Atlético de Madrid rebotó de forma decisiva en el cuerpo de Stones para hacer imposible la parábola para Stefan Ortega. La vulnerabilidad viene antes, del espacio con el que el dispuso para armar su tiro al borde del área.
Myles Lewis-Skelly celebra 'a lo Haaland'. Foto: REUTERS/David Klein
Demasiado contemplativo, igual que lo fue después en el 3-1 de Lewis-Skelly en su fácil irrupción dentro del área -con celebración 'a lo Haaland incluida-, cuando el Manchester City ya estaba hundido. La sentencia, por si acaso, fue el 4-1 del contragolpe que culminó Kai Havertz todavía a cuarto de hora del final para darle al Arsenal más fuerza en su persecución del Liverpool. Aún son seis puntos. El 5-1 (resultado que Guardiola jamás recibió como DT) fue ya en los instantes finales de Nwaneri. Desde el 1-1, el Manchetster City no volvió a rematar.