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Pidieron 15 años de prisión para Mario Segovia, “el Rey de la Efedrina”, por venta de armas y explosivos

Mario Segovia, "El Rey de la Efedrina", está acusado de liderar una asociación ilícita que le ofrecía armas y explosivos a bandas narcocriminales de Rosario. Hay otros cuatro detenidos.

Jueves 13 de Febrero de 2025

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14:38 | Jueves 13 de Febrero de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Una pena de quince años de prisión y el pago de una multa de 50 millones de pesos fue el pedido contra Mario Segovia, conocido como “el Rey de la Efedrina”, por liderar una asociación ilícita, que dirigió desde la cárcel federal de Ezeiza, que le ofrecía armas y explosivos a bandas narcocriminales de Rosario.

El titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), Diego Iglesias, pidió en la tarde del miércoles al Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de La Plata que condene al traficante internacional de efedrina y precursores químicos, de 50 años, por la importación de partes de armas de gran poder de fuego y de explosivos, que tras su ensamble eran ofertados a bandas narcocriminales que operan en Rosario.

En la misma jornada, Iglesias solicitó también la imposición de pena a otros cuatro acusados:

  • 10 años de prisión y una multa de 50 millones de pesos para el expolicía de la provincia de Santa Fe, Hernán Jesús Segovia, hermano de “el Rey de la Efedrina”.
  • 10 años de cárcel y una multa de 30 millones de pesos para Gonzalo Rodrigo Ortega, cuñado de Mario.
  • 5 años y 6 meses de prisión, junto con una multa de 20 millones de pesos para Matías Segovia, hijo del principal acusado.
  • 5 años de prisión y multa de 10 millones de pesos para Ezequiel Hernán Bergara, a quien el fiscal acusó de colaborar con el clan familiar desde un lugar de menor responsabilidad.

La acusación del Ministerio Público Fiscal para los cinco imputados fue por ser autores del delito de asociación ilícita, en el caso de Mario Segovia como líder y el resto como miembros. Además, se los acusa de ser coautores de contrabando de importación de un fusil semiautomático calibre 5,56 milímetros del tipo m4; tenencia de armas de fuego y materiales explosivos; como también de la fabricación ilegal de armas de fuego de manera habitual.

Al “el Rey de la Efedrina” y a su hijo se les sumó la acusación como autor y coautor, respectivamente, del delito de acceso sin autorización a correos electrónicos de una agencia estatal.

Este delito informático constituyó la base de las actividades de la organización a través del hackeo de las cuentas de correo electrónico de dos docentes de la provincia de Formosa, lo que les permitió relacionarse con empresas extranjeras que comercializan armas y explosivos.

La investigación

La fiscalía indicó que en septiembre de 2016 las autoridades paraguayas detectaron en el Aeropuerto de Luque una encomienda que provenía de Canadá y que contenía dispositivos para la fabricación de explosivos ocultos en un sobre, una carpeta y un libro. Así, el "sobre bomba" detectado en 2016 por autoridades paraguayas en el Aeropuerto de Luque dio origen a la investigación.

Iglesias sumó que la investigación, que se llevó a cabo tanto en Paraguay como en Argentina, determinó que “el remitente de la encomienda era la empresa canadiense Securesearch INC y que la compra había sido realizada a través del uso de dos casillas de correo electrónico del dominio @formosa.gov.ar, que pertenecían a dos docentes de esa provincia”.

El plan, de acuerdo a lo descubierto, “era que el destinatario del paquete en Paraguay se lo diera a una azafata de una empresa de colectivos, quien lo ingresaría a nuestro país y se lo entregaría a uno de los visitantes frecuentes de Mario Segovia en el penal de Ezeiza”.

Al detectar que Segovia lideraba todo desde la cárcel, se decidió que la investigación se centrara en quiénes utilizaban los correos electrónicos. En ese contexto, con la colaboración del gobierno de Formosa, se verificaron las IP desde donde se conectaba la banda, por lo que la Policía Federal intervino los correos con una "cuenta espejo".

El fiscal añadió que, sin embargo, una IP llamó la atención por su localización en una estación de servicio Shell de Rosario, donde funcionaba un cibercafé. Los investigadores pudieron hacer el seguimiento de Matías Segovia, a quien fotografiaron operando computadoras de alquiler a la misma hora en que las cuentas de correo investigadas tenían movimientos.

Luego, tras lograr obtener información de que se intentaron realizar otros envíos, se llevaron a cabo operativos y así se logró la detención de todos los miembros de la banda, quienes llegaron a juicio el año pasado.

 

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