Cómo fue la audiencia de fianza de los argentinos presos por robar en Miami: uniforme naranja, un traductor y una jueza viral

El caso de los cinco turistas argentinos detenidos en Miami acusados por robar en varios negocios del shopping Dolphin Mall sumó este martes un nuevo episodio, al conocerse el video completo de las primeras audiencias en la corte local, en la que pidieron que le fijen un monto de fianza. El trámite estuvo a cargo una jueza que había sido protagonista de un video viral años atrás, cuando le tocó juzgar a uno de sus ex compañeros de colegio.

Dos días después de ser arrestados, los cinco mendocinos tuvieron la oportunidad de defenderse -o buscar quien lo haga-, en reuniones de menos de cinco minutos y con un traductor de por medio.

Vestidos con el uniforme naranja característico de los presos en Estados Unidos, conocieron las primeras restricciones que les impusieron y el monto de las fianzas que cada uno de ellos deberá pagar para quedar en libertad provisoriamente.

Las audiencias se hicieron a distancia a través de Zoom con una imagen dividida en cuatro pantallas. En la primera se veía una sala pequeña, con apenas dos mesas y una computadora, a la que, a su turno, iban ingresando de a uno los acusados mientras los acompañaba un oficial de la corte. En la segunda estaba la abogada del Estado de Florida.

Una tercera imagen mostraba al traductor que oficiaba de intérprete entre los acusados y la persona que aparecía en la cuarta pantalla: la jueza Mindy Glazer.

El primero en ingresar a la sala, a las 7:59 de la mañana del lunes, fue Diego Luis Xiccato (46), un reconocido coiffeur que tiene una peluquería a la que asisten reconocidas personalidades, entre ellas, como Ingrid Grudke.

Según informó la jueza, lo encontraron robando en una tienda de Tommy Hilfiger y guardando la mercancía dentro de una maleta que a su vez había robado de la tienda Berlington. Xiccato, que en la audiencia fue representado por la abogada de oficio, recibió cargos por participar en crimen organizado para defraudar, robos múltiples en menos de 30 días en diferentes ubicaciones y robo al por menor. Por la primera acusación le impusieron una fianza de mil dólares, por la segunda una de dos mil quinientos y por la tercera otra de mil. 4.500 dólares en total. Además, tiene prohibido acercarse al shopping y las tiendas en las que robó.

El mismo precio deberá pagar Mauricio Ariel Aparo-Orlando (49), el segundo en entrar a la sala de audiencias y que hizo acto de presencia a las 8:04, apenas cinco minutos después que Xiccato. Antes de imponerle la fianza, la jueza le consultó a Aparo si podía pagarse un abogado particular. Aparo respondió en forma negativa. Entonces, la jueza le consultó si tiene una casa de su propiedad y trabajo. La respuesta del acusado esta vez fue afirmativa.

Aparo es comerciante, tiene un local de venta de mercadería, y otro de reparación de autos y motos. Además, es socio de una empresa de comunicación junto a Sebastián Moyano, otro de los acusados. "No aplica para un defensor oficial", le comunicó Glazer, y le consultó si prefería que le dé tiempo hasta la tarde para conseguir un abogado particular o si prefería que directamente resuelva en el momento. El argentino no quiso esperar porque, dijo, tiene "un vuelo el miércoles". Es más probable, no obstante, que su regreso sea mediante un trámite de deportación.

En el momento la jueza decidió: le ordenó mantenerse alejado del centro comercial, le comunicó que estaba acusado por los mismos cargos que Xiccato y le impuso la misma fianza: 4.500 dólares. "Tenga un buen día" fue el saludo de la jueza que inmediatamente pidió pasar al siguiente acusado.

El tercero en pasar fue Sebastián Luis Moyano (41), socio de Aparo-Orlando en la empresa Apamoy y otros emprendimientos. Durante la audiencia se informó que tiene un historial penal previo en Estados Unidos, aunque no se especificó por qué delitos. Moyano también pidió un abogado del Estado y, al igual que a su socio, se lo negaron.

Cuando le preguntaron si prefería esperar a la tarde y buscar un abogado particular, Moyano se dirigió a la jueza y directamente pidió: "¿Puede ponerme una fianza?". La abogada del Estado intervino y solicitó un monto similar al del resto de los acusados, ya que las acusaciones eran parecidas.

Glazer informó entonces los cargos y el monto que el argentino deberá pagar por cada uno. Por participar en un crimen organizado para defraudar, le impuso 1.000 dólares de fianza; por robo al por menor, otros 1.000; agregó 1.500 por “robo con otros” y, finalmente, 500 dólares por robo menor. El gran total fue de 4.000 dólares, además de una orden para que se aleje del centro comercial y una sugerencia de que esté atento a próximas audiencias.

Le llegó entonces el turno a Manuel Zuloaga-Arenas (49), quien también pidió un defensor oficial porque, dijo, no cuenta con contactos en el lugar. Pero como informó tener casa propia, la jueza le indicó también que no era elegible para acceder al beneficio del patrocinio gratuito. Al igual que en los demás casos, la jueza se lo negó.

"¿Renuncia usted a la presencia de un abogado ahora mismo o prefiere usted que le reagendemos esto para la tarde, para darle la oportunidad de que contrate un abogado?", consultó entonces el traductor, desde una de las viñetas de abajo de la pantalla.

"¿Y la fianza?", preguntó Zuloaga-Arenas, confundido. La jueza informó entonces los cargos y montos de fianza. Por participar de crimen organizado para defraudar, 1.500 dólares y 2.500 más por robo al por menor. Al igual que a los demás le prohibieron acercarse al centro comercial.

El último en pasar fue Juan Pablo Rua (45), que entró a la sala cuando el reloj marcaba las 8.15 en Miami. Fue el único que dijo tener los recursos para pagar un abogado particular. "Eh, pará... Sí, sí puedo", titubeó. Sin embargo, cuando le preguntaron si quería contratar a uno, directamente pidió pagar la fianza.

La jueza impuso una caución de 1.000 dólares por participar de crimen organizado para defraudar, otros 1.000 por haber cometido robos múltiples en 30 días, 1.500 más por robo mayor y otros 500 por robo menor y comunicó: "4.000 dólares en total".

"¿Cómo pago eso?", preguntó Rua desde la sala, ataviado, al igual que sus compañeros, con el uniforme naranja.

"En la cárcel en donde está ubicado aceptan tarjetas de crédito, o puede contratar a un financista", explicó la jueza. El acusado quiso saber entonces cuándo y cómo lo liberarían ya que, dijo, está incomunicado y tiene a su familia en Argentina.

"Pague la fianza en la cárcel y entonces lo liberan", respondió la jueza. Aunque Rua volvió a consultar cómo podía hacer para pagar, Glazer ya había dado por finalizada la audiencia. El reloj en pantalla marcaba las 8.18 y, detrás de él, un hombre afroamericano de barba y cabello frondoso esperaba su turno.

En menos de 20 minutos la jueza había tratado el caso de los cinco argentinos, con un promedio de poco más de 3 minutos por caso. En ese tiempo, impuso fianzas por un total de 21 mil dólares.

Quién es Mindy Glazer, la jueza viral que les fijó las fianzas a los ladrones argentinos

Mindy S. Glazer es la jueza del undécimo distrito de Florida. Había asumido el cargo en 2001 y tiene mandato hasta el 7 de enero de 2031.

Desde su atril se hizo famosa en redes en julio de 2015, cuando se viralizó el video de una audiencia en la que le tocó juzgar a Arthur Booth, un excompañero de colegio que en ese momento era acusado por robo.

En esa ocasión, Glazer le preguntó a Booth si había asistido a la escuela secundaria Nautilus. El hombre la reconoció, se quebró y se largó a llorar mientras se agarraba la cabeza.

"Era el chico más amable, era el mejor chico de la secundaria, jugaba al fútbol con él, todos los chicos lo admiraban. Y mira lo que ha pasado. Lamento mucho verte ahí", dijo entonces la jueza, en un raptus personal. "Espero que puedas salir de esto y puedas tener una vida dentro de la ley", agregó.

En agosto de 2024, sus caminos se volvieron a cruzar en la corte. Booth había vuelto a caer detenido y compareció de nuevo ante el tribunal de Glazer por cargos de robo. "Quiero saludar a Arthur. Ojalá no fuera así... Espero que te vaya bien", le dijo en ese momento. A continuación, decidió apartarse del caso, que fue tratado por otro juez.

DS