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“Me extorsionaba con videos íntimos”, la defensa de Julieta Silva, condenada por matar a su novio y ahora acusada de agredir a su marido

Desde su prisión domiciliaria en Mendoza, la mujer que en 2017 atropelló a Genaro Fortunato asegura que su actual esposo la chantajeaba con grabaciones privadas y que fue víctima de violencia de género.

Sábado 23 de Agosto de 2025

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13:09 | Sábado 23 de Agosto de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Julieta Silva, la mujer condenada por matar en 2017 a su novio Genaro Fortunato y ahora acusada de agredir a su actual marido, volvió a defenderse. En una entrevista con Telenoche, afirmó que fue víctima de violencia de género y que Lucas Giménez, su pareja, la extorsionaba con videos íntimos.
 
"Él utilizaba información mía del pasado, dolorosa, para extorsionarme. No podía salir de la relación porque había juntado bastante prueba de videos íntimos, de la ducha o del baño cuando salgo desnuda", aseguró.
 
Con una tobillera electrónica y desde su prisión domiciliaria en Mendoza, contó que se dio cuenta cuando él le pasó su celular para mostrarle un video de su hija. "Cuando salí de la galería vi mi teléfono celular filmado. Lo revisé y descubrí que me filmaba a escondidas: mis charlas con amigas o con mi familia. Me arrodillé para pedirle por favor que borrara esos videos", describió.
 
Silva relató que conoció a Giménez hace cuatro años y que al inicio lo sintió como un refugio tras la tragedia de Fortunato. "Llegó como una persona sufrida, víctima de una relación anterior, atravesado por conflictos familiares. Yo venía de la muerte de Genaro y quise ser un apoyo para él y su hija", dijo.
 
Con el tiempo, aseguró, la relación se volvió "complicada, compleja y tóxica". Según su testimonio, los episodios de hostigamiento incluyeron maltratos en público. Recordó, por ejemplo, un festejo de cumpleaños de Giménez: "Yo estaba limpiando y él me tiraba las copas al piso para que volviera a limpiar, me tiraba hielo en la cabeza y me insultaba delante de sus amigos".
 
También denunció que él la amenazaba con quitarle a la hija que tienen en común y con dejarla en una situación económica vulnerable. "Sabía que con mi antecedente penal yo tenía más para perder. Si no hubiera existido lo de Genaro, no estaría en el lugar en el que estoy. Él usó eso para extorsionarme y hoy pesa en la denuncia que me hizo", explicó.
 
Julieta Silva y su marido, Lucas Giménez.Julieta Silva y su marido, Lucas Giménez.
Silva aseguró que en el último año presentó al menos cuatro denuncias por violencia de género contra su esposo, pero todas fueron desestimadas. "Me lo dijeron en la cara: ‘Tus denuncias van a ser archivadas’. Y así fue. En cambio, cuando él me denunció a mí, me dictaron prisión domiciliaria", criticó.
 
En ese sentido, Silva remarcó que desconfía del sistema judicial: "Nunca tuve tranquilidad para declarar. Siempre me dijeron que si hablaba me iban a dar 20 años, que mis hijos iban a volver a sufrir. El miedo me paralizó".
 
Silva está imputada por delito de lesiones leves agravadas por el vínculo y privación ilegítima de la libertad en perjuicio de Giménez, con quien mantiene una relación de pareja y tiene una hija en común, de un año. También fue acusada de desobediencia y amenazas contra la hija y la ex mujer de Giménez. Y al sumar esas causas, el fiscal ordenó su detención.
 
Silva afirma que ella es víctima de violencia de género y no la victimaria.Silva afirma que ella es víctima de violencia de género y no la victimaria.
En otro tramo de la entrevista, la mujer recordó el caso que marcó su vida: la muerte de Genaro Fortunato, el rugbier de 25 años con quien salía hacía tres meses. La noche del 9 de septiembre de 2017, la pareja discutió en el boliche La Mona, en San Rafael. Silva se subió a su Fiat Idea, Fortunato corrió junto al auto para hablar con ella y cayó al piso.
 
Según la Justicia, Silva manejó 150 metros, giró en U y al volver pasó por encima de su novio, arrastrándolo tres metros. Ella siempre negó haberlo visto y declaró que había regresado sólo para devolverle un celular. No lo asistió, pero llamó al 911, a su exmarido y a una amiga.
 
"Yo no soy la misma desde ese día. Cuando me bajé del auto no entendía lo que estaba pasando. No lo vi y tampoco me imaginé que había ocurrido algo así. Hasta hoy tengo esa imagen en la cabeza y no sé en qué momento voy a poder sacarla", dijo entre lágrimas.
 
Según su versión, "violencia en el accidente no hubo" y sostuvo que la discusión de Fortunato esa noche no era con ella, sino con otra persona a la que quiso volver a enfrentar.
 
Desde entonces, afirma, su vida cambió para siempre: "Siento todas las miradas sobre mí. Pero tenía y tengo que continuar, aunque no sé cómo".
 
En 2018, Silva fue condenada a tres años y nueve meses por "homicidio culposo agravado por conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo" y a una inhabilitación de 8 años para manejar. Parte de la estrategia de la defensa fue que ella no veía bien y que esa noche no llevaba los lentes así que nunca se percató que estaba su novio en el piso.
 
En 2019, consiguió la prisión domiciliaria por tener hijos menores de edad. Sin embargo, ese mismo año el Tribunal revocó la domiciliaria y la envió al penal de San Rafael, donde sufrió fuertes golpizas por parte de sus compañeras. Con los dos tercios de su condena ya cumplidos, le concedieron la excarcelación y el 25 de marzo de 2020, Silva pudo continuar su vida en libertad condicional.
 
Sólo dos años después de salir de la cárcel, Silva se casó con Giménez y por el ataque contra este fue detenida nuevamente el 24 de julio pasado.
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