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A un mes del 26-O, Milei fagocita a sus aliados y arma su quórum en el Congreso sin intermediarios

El Gobierno consolidó un bloque propio y será la primera minoría. Karina, Martín Menem y Bullrich desarticularon al PRO y a la UCR. Nace “la liga de la gobernabilidad”, edición limitada. El peronismo no logra frenar las fisuras y ordenarse.

Domingo 23 de Noviembre de 2025

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10:33 | Domingo 23 de Noviembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Fueron días de negociaciones frenéticas. Patricia Bullrich fichaba aliados del PRO y de la UCR mientras Martín y Lule Menem se dedicaban a desarmar al peronismo. El Gobierno transitó así el primer mes tras las elecciones de medio término, rearmando la gobernabilidad con aliados fagocitados y un quórum asegurado sin intermediarios.
 
“Estos días va a haber más novedades”, refleja un operador bullrichista sobre la semana que comienza, expectante por lograr un pase más que engrose el bloque oficialista y lo deje consolidado como primera minoría en la cámara de diputados. La mira está puesta en Verónica Razzini, diputada por Santa Fe, actualmente con un monobloque. De concretarse, y tras el pase esta semana de los tres radicales libertarios, dejará al bloque oficialista con 92 integrantes. La otra batalla que librará el sector que responde a la ministra de Seguridad para estos días será la de conseguir que Silvia Lospennato, del PRO, renuncie a su banca de diputada para asumir como legisladora porteña. “Sería la primera testimonial de PRO en su historia”, chicanea Damián Arabia, espada legislativa de Bullrich. Con su paso al costado, La Libertad Avanza se quedaría con una banca más. Su reemplazante es Lorena Petrovich, del ala patricia.
 
Después de esquilmar al PRO, el otro bloque en crisis que observa con ansias el oficialismo es el de la UCR, sobre todo entre aquellos legisladores con terminal en gobernadores aliados, como Chaco y Mendoza. Entre los libertarios abren la puerta a la incorporación de la mendocina Pamela Verasay y el chaqueño Guillermo Agüero. Pero el gobernador Alfredo Cornejo tiene otros planes y promueve a la primera como jefa de bloque de lo que sería el escuálido radicalismo oficial. El asedio a los aliados se expande también a los despachos. Martín Menem ordenó que el radicalismo devuelva el ala derecha del segundo piso que ocupa en el palacio parlamentario. La resolución fue para todos los bloques, pero sobre todo para el centenario partido que con su representación tan diezmada no puede seguir gozando de privilegios de otros años.
 
Pamela Verasay
Pamela Verasay
El oficialismo disfruta por ahora de las matemáticas que sólo le derivan sumas para su propio bloque y restas para el peronismo. El Gobierno espera para estos próximos días el premio mayor: achicar el número de Unión por la Patria, el último eslabón de su trabajo de este mes para conseguir convertirse en la primera minoría. Ya logró que el tucumano Javier Noguera aceptara la “invitación” del gobernador Osvaldo Jaldo para sumarse a su bloque propio, Independencia, y está en etapa final la definición de los cuatro catamarqueños que responden a Raúl Jalil. Será el golpe de gracia. El gobernador se reunió el martes pasado con Germán Martínez, jefe del bloque de UP. Le dijo que todavía no había tomado una decisión. Eso en lo formal. En las filas de Martín Menem, principal operador del salto del gobernador, contemplan otro plan: que la decisión ya está tomada y sólo falta el anuncio. Confían en que en los próximos días la Casa Rosada publicará el decreto con el traspaso a la provincia de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD). A esta altura de la negociación, todo depende de María Ibarzabal, la secretaria de Legal y Técnica. Jalil pasó el lunes a verla por la Casa Rosada. Según los Menem, el acuerdo está sellado. Sólo falta la publicación en el Boletín Oficial. Nadie parece estar dispuesto todavía a dar el primer paso, como en el amor. Y no es casual eso del factor emocional. La diputada Silvana Ginocchio, de ascendencia en el cristinismo y mujer de Jalil, era la que más se resistía entre los catamarqueños a seguir las nuevas alianzas del gobernador. El 10 de diciembre termina su mandato. Y él queda con las manos libres para avanzar.
 
Diego Santilli, Manuel Adorni y
Diego Santilli, Manuel Adorni y Raúl Jalil
El mismo problema lo está padeciendo ahora José Mayans, en el Senado. “Perón decía que en la política, el orden no existe jamás”, recita el formoseño, que este fin de semana se quedó en Buenos Aires para ultimar detalles de los últimos días en los que ostentará la mayoría. “Hablé con Manzur, estaba en Nueva York”, lo excusó, sobre el faltazo del senador electo a la cena del miércoles pasado en la sede del PJ donde el bloque peronista mostró más ausencias que presencias. De sus futuros y prometidos 28 integrantes, había 15. Tampoco estuvieron los cuatro legisladores del bloque Convicción Federal, distantes de la conducción de Cristina Kirchner. Son Carolina Moisés (Jujuy), Fernando Salino (San Luis), Guillermo Andrada (Catamarca) y Fernando Rejal (La Rioja). Desde afuera se hicieron notar. “Bueno... siguen declarando ´unidad´ sin convocar a nadie. Siguen imponiendo sin consensuar ni una idea. ¿Unidad es con otros o con ellos mismos? Puros, el que piense distinto que se vaya. Me parece que ese es el mensaje de hoy. Subordinación o traición”, se descargó Moisés en redes sociales.
 
El malestar con la conducción del bloque hizo caer la sesión que se iba a hacer el jueves, por la falta de acuerdo en los nombres para la Auditoría General de la Nación (AGN). Según los rebeldes del PJ, el consenso incluía a Javier Fernández, pero desde el kirchnerismo no querían ni siquiera compartir el nombre de quien representaría el segundo sillón en disputa.
 
Tampoco estuvo en la cena el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, que dos días después recibía en su provincia al ministro del Interior, Diego Santilli. En unos días ingresará a la Cámara alta como senador. Hará un bloque propio con Elia Moreno. “Él hace su bloque pero trabajamos muy bien juntos”, le baja el tono Mayans. De todas maneras, el peronismo se expone a que los prometidos 28 senadores del bloque unificado bajo el nombre Justicialista pasen en unos días a ser sólo 22. Zamora tiene juego propio y está en carrera para una futura candidatura presidencial.
 
Gerardo Zamora junto a Cristina
Gerardo Zamora junto a Cristina Kirchner
Mientras tanto, Mayans ya se prepara para los cruces que tendrá con Patricia Bullrich. Todavía no se vieron, pero le hace una invitación sugestiva. “Ella tiene 20 senadores y yo otro tanto si nos juntamos ponemos todos los jueces de la Corte”, lo han escuchado decir. Hay quienes dicen que Bullrich quisiera ocuparse de ese tema.
 
La todavía ministra de Seguridad ya desembarcó en el Senado y levanta el perfil. Empoderada por Karina, apeló a un nuevo comunicador creativo que la muestra menos rígida, como en la convocatoria en busca de detectives en la que la caricaturiza como “Tía Sam” o la promoción de la edición limitada de los DNI con su firma. Fue la gran artífice del salto de los diputados del PRO a LLA, y tiene en carpeta la incorporación de algún otro senador, o más bien senadora, del radicalismo al espacio que ya preside. En el peronismo apuestan a que podría ser Carolina Losada.
 
El Gobierno todavía no anunció quién ocupará la estratégica Presidencia provisional del Senado. Fue un cargo que en el inicio de la gestión les valió varias idas y vueltas. El actual senador Bartolomé Abdalá se autoratificó. Anunció días atrás que por reglamento, tiene mandato hasta el 24 de febrero. Para ese lugar suenan los karinistas Nadia Márquez (Neuquén) y Agustín Coto (Tierra del Fuego). La cercanía de Abdalá a Victoria Villarruel le juega en contra.
 
Los reacomodamientos en el Congreso son clave para la etapa que viene. El viernes juran los nuevos senadores y el 3 de diciembre lo harán los diputados. El peronismo en el Senado insiste con la posibilidad de avanzar en otra sesión de despedida, el jueves, antes del ingreso de los nuevos legisladores, pero con el bloque implosionado, es poco probable que pueda concretarlo. Encima, Martín Lousteau no garantiza apoyo y los temas a tratar, como las nuevas autoridades de la AGN, no terminan de tener consenso.
 
Sin intermediarios
La hoja de ruta que trazó el Gobierno incluye sesiones en paralelo. Diputados arrancará en sesiones extraordinarias con el Presupuesto, la ley impositiva e inocencia fiscal, y el Senado con reforma laboral, el nuevo código penal y ley de glaciares. De ahí el afán por consolidar bloques propios y acuerdos con los gobernadores de manera directa. La implosión del centro político dejó a sus integrantes en un total aislamiento. “No hay ningún diálogo con el Congreso”, dice un diputado de Encuentro Federal, el espacio que conduce Miguel Pichetto, que supo ser en estos dos años intermediario entre la Casa Rosada y los gobernadores. “Eso se terminó”, aportan cerca de Martín Menem. Ahora la relación es directa con cada gobernador.
 
Miguel Pichetto, presidente de Encuentro
Miguel Pichetto, presidente de Encuentro Federal
Tampoco hay un espacio unificado en las provincias, que bien podrían clasificarse en cuatro ligas: la opositora de Axel Kicillof, Gildo Insfrán, Gustavo Melella y Ricardo Quintela; la diezmada Provincias Unidas, con Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro como principales exponentes; el nuevo bloque de la “gobernabilidad”, representados con Osvaldo Jaldo, Raúl Jalil, Gerardo Zamora, Sergio Ziliotto, Gustavo Séenz, Hugo Passalacqua y Rolando Figueroa; y los aliados como Rogelio Frigerio, Alfredo Cornejo o Jorge Macri. Milei puede gobernar con estas dos últimas ligas. Un lujo que se da. A ellos se dedicó fundamentalmente Santilli desde que asumió.
 
Del grupo de aliados, el más complicado es el jefe de Gobierno porteño. El espacio mileísta en la ciudad de Buenos Aires es más opositor que oficialista. Amor no correspondido. Esta semana se conoció que los fondos por coparticipación para la Ciudad no están en el Presupuesto simplemente porque Luis Caputo le discute el número a los funcionarios porteños. En la Legislatura pasa algo similar. “Gobernabilidad sí, cheque en blanco no”, le recuerdan en el bloque que conduce Pilar Ramírez, sobre la estrategia de negociación que se viene en suelo porteño, donde pedirán un trato especial en el reparto de comisiones y autoridades.
 
Con este escenario, el principal problema al que se enfrenta Milei no es la política, es la economía. La segunda medición pos elecciones de Aresco, la consultora de Federico Aurelio, muestra que el núcleo blando de apoyo que le renovó el contrato hace un mes mantiene las esperanzas, pero sin margen para más ajuste. El Presidente recuperó todo lo que perdió en la previa de las elecciones tanto a nivel de valoración de gestión como personal. “Tenemos el mismo nivel de popularidad que al empezar el Gobierno pero con el triple de poder legislativo”, sostuvo el Presidente esta semana, en su discurso en Corporación América.
 
“El resultado fue 41 a 24. Y 41 a 24 se llama primera vuelta”, se envalentó Milei. Esos 24 puntos opositores de los que habla el Presidente son, en realidad, alrededor de 31, lo que igual le abre la puerta a una reelección sin balotaje. De sus 41 puntos, entre 30% y 33% es núcleo duro, pero el resto depende de una mejora sustancial de su situación económica personal. Lo que surge en la mayoría de los focus group como resultado de esta última elección es la renovación de la esperanza, pero para un cambio. Es una variable que, de no modificarse, en dos años no perdona.

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