Patricia Bullrich denunció una “operación planificada” con audios clandestinos que busca desestabilizar al Gobierno en plena campaña electoral.
21:15 | Martes 02 de Septiembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, denunció este martes la existencia de “una de las operaciones de espionaje ilegal más peligrosas de la historia comandada por el kirchnerismo”. Según advirtió, tanto la Casa Rosada como la Presidencia de la Cámara de Diputados habrían sido infiltradas con grabaciones clandestinas que “fueron guardadas en silencio durante más de un año y difundidas ahora como un misil político en plena campaña electoral”. Para Bullrich, “esto no es una mera filtración, es un ataque directo a la democracia argentina, una operación planificada y concertada en todas sus etapas”.
La funcionaria recordó episodios pasados durante su gestión al frente del mismo ministerio que maneja actualmente, pero bajo la gestión de Mauricio Macri. “Esto ya lo viví con Santiago Maldonado, a dos meses de una elección nos inventaron un muerto. Pasamos 82 días bajo una de las mentiras más brutales que se recuerden en democracia”, sostuvo, y agregó: “Inventaron audios, inventaron testigos, inventaron una historia entera para destruir al gobierno”.
El paralelismo que trazó Patricia Bullrich con el caso Maldonado
En ese sentido, Bullrich señaló que “en esos 82 días mancharon el honor de la gendarmería, acusaron a inocentes y hasta persiguieron a sus hijos en las escuelas”. Para la ministra, “fue una de las operaciones más siniestras que vivimos y hoy los mismos de aquella vez están repitiendo el mismo libreto”.
La titular de Seguridad apuntó directamente al kirchnerismo y a sus aliados: “Cuando el kirchnerismo y sus cómplices se quedan sin ideas y la violencia no les alcanza, recurren a lo mismo de siempre: pierden poder, inventan caos, crean un clima de sospecha, de miedo, de incertidumbre. Operan desde las cloacas de la inteligencia ilegal, con vínculos extranjeros, sembrando desconfianza y odio. Esta vez llegaron más lejos que nunca, espiar en la propia Casa Rosada y en el Congreso de la Nación”.
Bullrich concluyó que lo ocurrido representa “un ataque frontal a la República” y que la metodología es clara: “obtención clandestina de audios, reserva durante meses y difusión escalonada en episodios, exactamente como una extorsión política”. Y remarcó: “Tenemos un principio innegociable, el que las hace, las paga. Nadie está por encima de la ley, nadie. Si se confirma un delito, los responsables van a responder ante la justicia”.