Locales

Cómo el uso del celular deteriora los vínculos y potencia el phubbing

En diálogo con Fénix, la psicóloga Deborá Pedace explicó cómo el phubbing —prestar más atención al celular que a la persona que tenemos enfrente— afecta a las relaciones, genera malestar en las parejas y puede convertirse en una forma de adicción.

Martes 25 de Noviembre de 2025

322401_1764106968.jpg

18:27 | Martes 25 de Noviembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La psicóloga clínica Débora Pedace, especialista en Terapia Cognitiva Conductual, explicó que el término phubbing surge de unir phone (teléfono) y snubbing (ningunear), y describe la conducta de ignorar a alguien para mirar el celular. Afirmó que, si bien no es un trastorno clínico, “es una conducta que se ve muchísimo y que genera malestar real en las relaciones”. Según precisó, mirar el teléfono mientras otra persona habla transmite un mensaje contundente: “Lo que pasa en mi pantalla es más importante que lo que me estás diciendo”.
 
Pedace detalló que el uso compulsivo del celular se relaciona con la necesidad de recibir estímulos dopaminérgicos constantes: notificaciones, mensajes, likes o historias. “No es una manía; se acerca más a una adicción. Muchas personas pasan horas conectadas sin darse cuenta, y recién cuando ven el registro diario del teléfono toman dimensión del tiempo que consumen”, explicó.
 
Sin embargo, advirtió que la situación tiene solución si se identifica el problema y se trabaja para modificar el hábito. “La tecnología debe servirnos a nosotros y no al revés. Se puede corregir, pero primero hay que reconocer que hay un mal hábito instalado”, señaló. Entre las causas del phubbing mencionó la ansiedad por no perderse nada —el llamado síndrome FOMO—, la necesidad constante de gratificación, y hasta el “escapismo emocional”, cuando alguien usa el teléfono para evadir situaciones o vínculos en los que no se siente cómodo.
 
La especialista remarcó que las consecuencias pueden ser importantes para las parejas: “El phubbing erosiona el vínculo porque rompe la conexión emocional. Si no hay presencia, no hay escucha, y eso termina afectando la calidad del vínculo y aumentando las discusiones”. También advirtió que este uso excesivo impacta en otros aspectos: disminución de la atención, problemas de memoria, apatía y dificultad para tolerar la frustración, especialmente en adolescentes. “El desafío es volver a conectar con la persona que tenemos enfrente y aprender a tener control del dispositivo, no que el dispositivo nos controle a nosotros”, concluyó.
 

DEJANOS TU COMENTARIO

Top Semanal

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

LOCALES

NACIONALES

INTERNACIONES

DEPORTES

SOCIEDAD

FARÁNDULA