Este jueves parte en una gira de seis días por Turquía y Líbano.
El 2 de diciembre regresá a Roma.
19:34 | Miércoles 26 de Noviembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Seis meses después de su elección, con 70 años cumplidos, el papa León XIV se apresta para partir este jueves en su primer viaje internacional, a Turquía y Líbano. Una gira de seis días en dos escenarios muy distintos.
El jueves irá en avión a Ankara, la capital turca, con un objetivo principal: la celebración del 1700.º aniversario del Concilio de Nicea, celebrado en mayo de 325, que representa un hito fundamental en la historia de la Iglesia.
En Turquía viven pocos cristianos entre una población de 87 millones de personas, en su gran mayoría musulmanas. Cuatro días después, el 30 de noviembre, el panorama cambiará totalmente.
El pontífice Robert François Prevost aterrizará en Beirut, la capital del atormentado Líbano, donde muchos cristianos conviven con una mayoría musulmana. La situación va de mal en peor, con una guerra con Israel, sobre todo en el sur del país, que no da tregua a una nación ya afectada por una crisis económica profunda. El Papa les lleva un mensaje de esperanza.
El Papa sabe que debe ser prudente en una zona difícil del planeta, pero que no puede rehuir por lo mucho que representa en la historia y el presente cristianos.
El objetivo central de su visita a Turquía se llama hoy Iznik, pero representa mucho para el cristianismo porque allí, en un templo destruido dos veces por sismos y cuyas ruinas estuvieron un milenio bajo un lago, en 325 se celebró el Concilio de Nicea —como se llamaba entonces Iznik—.
La ciudad está a un centenar de kilómetros de Estambul, la magnífica gran metrópoli bicontinental de Turquía, en la que se cruza de Europa a Asia a través de un gran puente.
El emperador Constantino hizo convocar el Concilio en Nicea al que asistieron 318 obispos del oriente y occidente de las regiones cristianizadas de entonces. Fue el Primer Concilio Ecuménico, celebrado en la catedral de San Neofito, destruida por un terremoto en 359, que cambió la historia del catolicismo.
Hoy católicos, ortodoxos, armenios, coptos, protestantes y evangélicos pronuncian las mismas palabras del Credo, que dicen: “Creo en un solo Dios, Padre omnipotente”.
En Nicea nació un proceso de romanización de los cristianos y del imperio que se prolongó “en el milenio bizantino y culminó en Occidente con Carlo Magno y el Santo Imperio Romano”.
En su Carta Apostólica apenas publicada y llamada “Unitate Fide”, el pontífice recuerda que los tiempos del Concilio de Nicea “no eran menos turbulentos”. Los arrianos, seguidores de Arrio, un presbítero de Egipto, enseñaban que Jesús no era una simple criatura, pero tampoco era el hijo de Dios. La formulación del Credo en Nicea combatió esa grave disidencia.
Los cambios de Nicea fueron cruciales para sostener el cristianismo. Hay que recordar que el Concilio fijó una fecha común para la Pascua.
A su llegada a Ankara, el Papa visitará al presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, quien en el mundo diplomático juega un papel importante en los dos grandes conflictos actuales: Gaza y Ucrania. León XIV hablará de la necesidad de paz y de las crisis en el mundo, que más que nunca necesitan diálogo.
En Estambul, León XIV entrará por primera vez en una mezquita. Será en la maravillosa Mezquita Azul, que ya visitaron su predecesor, el papa argentino Francisco, y Benedicto XVI.
La importancia de las comunidades católicas la vivirá el papa Robert Prevost sobre todo en la segunda parte de su viaje, en el atormentado Líbano.
Allí alberga una importante presencia de católicos, con seis comunidades. También hay presencia de sirio-católicos, caldeos, armenios católicos e iglesias protestantes tradicionales.
En las rutas del Líbano se ven carteles de saludos al Papa, pero las tensiones y temores son evidentes. La guerra con Israel no ha concluido. Haytham Tabtabani, número dos de la guerrilla Hezbollah, fue alcanzado por misiles israelíes que lo mataron en el sur de Beirut hace tres días.
El Papa será recibido por el presidente libanés, Joseph Aoun, poco después de su llegada. El 1 de diciembre, León XIV visitará el Monasterio de San Marón, en el barrio de Annaya. El pontífice descenderá a la gruta donde está enterrado San Charbel, el monje cristiano proclamado santo por Pablo VI, al que se atribuyen 29.000 milagros de curación.
En la última jornada, el 2 de diciembre, el Papa regresará a Roma. Antes habrá varios encuentros. El que más tensiones, tristezas y agradecimiento producirá será la visita del pontífice al puerto de Beirut para una “oración silenciosa” en el lugar donde hace cinco años se registró una explosión devastadora en varios barrios de la ciudad, que causó más de 200 muertos y 7.000 heridos. Lo único que se sabe con certeza es que allí había sido acumulado un depósito de explosivos mal conservados.
Antes de despedirse y regresar a Roma, el Papa oficiará una misa por las víctimas y sus familiares en el paseo marítimo de Beirut.