En diálogo con la Multiplataforma Fénix, el periodista analizó el profundo cambio político y social que atraviesa Mendoza en torno a la minería metalífera, luego de más de dos décadas de debate, resistencias y transformaciones de la provincia.
11:15 | Viernes 12 de Diciembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Marcelo Torrez es periodista, analista político y columnista del diario El Sol de Mendoza. En su columna titulada Del no al cobre al pragmatismo, la metamorfosis política detrás de la nueva minería, aborda el proceso mediante el cual la provincia pasó de una postura de rechazo casi absoluto a la minería metalífera a una etapa de mayor pragmatismo, con la aprobación de la declaración de impacto ambiental del proyecto PSJ Cobre Mendocino.
Durante la entrevista, Torrez explicó que el debate en Mendoza llevó más de veinte años y estuvo atravesado por una fuerte oposición de sectores antimineros. “Durante mucho tiempo se opusieron a la minería metalífera, mezclando dudas ambientales razonables con posiciones ideológicas que impedían cualquier discusión”, señaló. Según detalló, el punto de inflexión se dio cuando la política provincial decidió retomar el tema con mayor seriedad institucional.
El periodista remarcó que uno de los factores centrales del cambio fue la situación económica. “Mendoza hace más de diez años que no crece y hace quince que no genera empleo privado de calidad”, afirmó. En ese marco, sostuvo que la minería no se presenta como una solución única, sino como un complemento necesario. “No se reniega de la vitivinicultura ni de la agricultura, sino que se entiende que esto es sumar un sector económico más, una actividad más para generar riqueza”, expresó.
Torrez también destacó la evolución tecnológica en los métodos de explotación. Explicó que el proyecto aprobado se ajusta a la ley 7722, que prohíbe el uso de sustancias como el cianuro y el ácido sulfúrico. “En Mendoza no se va a realizar lixiviación, sino un sistema de flotación con controles estrictos”, indicó, y agregó que este cambio fue clave para convencer a una parte importante de la sociedad mendocina.
En relación con el uso del agua, uno de los ejes históricos del rechazo social, el analista fue contundente. “El 80 por ciento del agua de Mendoza se utiliza en la agricultura y la vitivinicultura, mientras que la minería va a usar apenas entre el uno y el dos por ciento”, sostuvo, y aseguró que ese dato fue determinante para desactivar temores sobre un posible impacto en la producción agrícola.
Finalmente, Torrez consideró que la aprobación del proyecto abre una nueva etapa para la provincia. “Comienza una era minera vinculada al cobre, una nueva era económica y también una nueva era política, donde se dejaron de lado mitos y especulaciones para avanzar con seriedad”, afirmó. En ese sentido, subrayó que el desafío ahora será sostener controles estrictos y garantizar que el desarrollo minero se realice sin fallas ambientales, bajo la atenta mirada de la sociedad.